RSS

El futuro Del Straight Edge



Desde la óptica straight edge, subyace la necesidad de buscar las necesidades básicas del ser humano, frente a aquellas irreales creadas socialmente y por el mercado. La búsqueda de una coherencia máxima entre una moral férrea y la práctica diaria: la tarea de convertirse en ‘mejores personas’. Mente sana in corpore sano. El camino pasaría por una vida saludable, el respeto por la vida -de ahí la deriva hacia la integración del discurso de liberación animal-, la hermandad y convivencia y el ideal de relaciones igualitarias frente a la dominación en la pareja. Vivir intensamente enfatizando en la actitud positiva hacia la vida. La
música como éxtasis, el concierto como altar y sus rituales (mosh, pit,...) como la necesaria liberación de la rabia acumulada.
La fuerte crítica social anticapitalista está clara, y es compartida desde casi la totalidad de las ‘filosofías del underground’ (punk, hippies,...). La crítica a la dominación del mercado sobre la vida, la creación de necesidades artificiales, la falta de reflexión sobre la vida cotidiana y un largo etcétera. La diferencia con respecto a otro tipo de movimientos subculturales es su propuesta; no es que hayan faltado ejemplos de este actitudes de sobriedad, en cierto modo similares, dentro del mundo contracultural (Thoreau, ascetas, estoicos …), pero destaca el posicionamiento de la renuncia a los psicoactivos como eje vital. Sin lugar a dudas puede llegar a ser un medio apropiado como punto de partida hacia la autorrealización, y como opción individual y estilo de vida hacia la no integración en las redes económicas y culturales dominantes -legales e ilegales. Sin embargo, este aspecto puede sin embargo resultar problemático a la hora de plantearse como medio para la liberación colectiva.
La visión antiautoritarista del sXe, escapa a un elemento fundamental que define la dinámica del poder social dominante, el control racionalista de los modos de pensamiento dominante. Esta mentalidad racionalista, prototípica de la civilización occidental, actúa de un modo peculiar, profundamente imperialista; como refleja Luis Racionero1se asienta sobre una actitud “de creerse en posesión de la verdad […]. No de creerse en posesión de «la verdad» porque ellos dirán siempre que no la tienen; de lo que si, en cambio, se creen en posesión, y no admiten sobre ello escepticismos posibles es sobre el método para llegar a la verdad.” Por supuesto, otro tipo de conocimiento se considera atrasado e infantil;por tanto resulta negado.
Sin embargo, no parece fuera de lógica la posibilidad de otros tipos de conocimiento; no únicamente conocimiento como acumulación, si no a través de la traslación a otros estados mentales (como plantearan Carlos Castaneda, Aldoux Huxley...). Una apertura de la percepción. No estaría de más recordar a Baudelaire (El arte romántico) “El niño lo ve todo en novedad, se encuentra siempre ebrio. Nada viene a ser tan parecido a aquello que es la inspiración como la alegría como el niño va absorbiendo la forma y el color […]. A esta curiosidad alegre y honda se ha de atribuir ese ojo fijo y animalmente extático de los niños mirando hacia lo nuevo”. Y es que, en el mundo adulto, a nadie resulta ajeno la capacidad de los estados alternativos de conciencia para darnos una nueva perspectiva vital. Una iluminación mental en la que las drogas pueden ser un primer paso -no tienen porque ser siempre una finalidad en sí misma-. En la obra de W. Benjamin, se desprende algo de esto, el sueño y la embriaguez como catalizadores de una nueva experiencia vital, en la que aspectos aparentemente irrelevantes toman apariencia vital.
Desde la óptica straight edge, subyace la necesidad de buscar las necesidades básicas del ser humano, frente a aquellas irreales creadas socialmente y por el mercado. La búsqueda de una coherencia máxima entre una moral férrea y la práctica diaria: la tarea de convertirse en ‘mejores personas’. Mente sana in corpore sano. El camino pasaría por una vida saludable, el respeto por la vida -de ahí la deriva hacia la integración del discurso de liberación animal-, la hermandad y convivencia y el ideal de relaciones igualitarias frente a la dominación en la pareja. Vivir intensamente enfatizando en la actitud positiva hacia la vida. La
música como éxtasis, el concierto como altar y sus rituales (mosh, pit,...) como la necesaria liberación de la rabia acumulada.
La visión antiautoritarista del sXe, escapa a un elemento fundamental que define la dinámica del poder social dominante, el control racionalista de los modos de pensamiento dominante. Esta mentalidad racionalista, prototípica de la civilización occidental, actúa de un modo peculiar, profundamente imperialista; como refleja Luis Racionero1se asienta sobre una actitud “de creerse en posesión de la verdad […]. No de creerse en posesión de «la verdad» porque ellos dirán siempre que no la tienen; de lo que si, en cambio, se creen en posesión, y no admiten sobre ello escepticismos posibles es sobre el método para llegar a la verdad.” Por supuesto, otro tipo de conocimiento se considera atrasado e infantil;por tanto resulta negado.
Sin embargo, no parece fuera de lógica la posibilidad de otros tipos de conocimiento; no únicamente conocimiento como acumulación, si no a través de la traslación a otros estados mentales (como plantearan Carlos Castaneda, Aldoux Huxley...). Una apertura de la percepción. No estaría de más recordar a Baudelaire (El arte romántico) “El niño lo ve todo en novedad, se encuentra siempre ebrio. Nada viene a ser tan parecido a aquello que es la inspiración como la alegría como el niño va absorbiendo la forma y el color […]. A esta curiosidad alegre y honda se ha de atribuir ese ojo fijo y animalmente extático de los niños mirando hacia lo nuevo”. Y es que, en el mundo adulto, a nadie resulta ajeno la capacidad de los estados alternativos de conciencia para darnos una nueva perspectiva vital. Una iluminación mental en la que las drogas pueden ser un primer paso -no tienen porque ser siempre una finalidad en sí misma-. En la obra de W. Benjamin, se desprende algo de esto, el sueño y la embriaguez como catalizadores de una nueva experiencia vital, en la que aspectos aparentemente irrelevantes toman apariencia vital.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS